ALTOS HORNOS DE VIZCAYA

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Aunque la Monarquía había instalado con anterioridad para sus necesidades de armamento algunos altos hornos, los primeros altos hornos privados surgieron en 1794, en Sargadelos, Lugo (Galicia).

Más tarde, en 1832, la siderurgia da los primeros pasos en Andalucía: siguiendo el modelo europeo de altos hornos al carbón vegetal y afinación y laminación a la hulla, se instalaron plantas en Marbella (Málaga) y en Cazalla de la Sierra (Sevilla), aunque dejaron de funcionar en 1866 cuando las fábricas asturianas de Mieres (desde 1852) y La Felguera (desde 1859) empezaron a trabajar a pleno rendimiento y con mayor rentabilidad debido a la abundancia de hulla y de mena de hierro en su territorio.

A finales del siglo XIX, después de la irrupción del convertidor Bessermer, la primacía siderúrgica pasó a Vizcaya. En 1901 surge la Acería Integral Altos Hornos de Vizcaya a partir de la integración de las sociedades vizcaínas La Vizcaya, AHB y La Iberia, que lideró el sector siderúrgico español hasta la segunda mitad del siglo XX.